Riqueza ecológica en la
gran reserva natural de la Sierra Nevada californiana en Estados Unidos.
En esta
época del año, el viento es fresco, seco, se siente el perfume de pinos, cedros
y abetos desprenderse del bosque. La zona protegida ocupa un área similar a la
de nuestro Parque Nacional El Cocuy y junto con las reservas cercanas de King’s
Canyon y Secuoya conforman un santuario natural de 400.000 hectáreas.
La
naturaleza ha escrito aquí su historia con palabras mayúsculas. Palabras que
hablan de su fuerza creadora. Y palabras también que cuentan un lento desgaste
de colosales moles graníticas y donde prevalecen gigantescas secuoyas. Aquí la
mirada se pierde entre los bosques oscuros de las coníferas más altas de
América.
Por las laderas caen cascadas
que se desmoronan en valles abrazados por ríos y cientos de lagos que invaden la
región.
El
parque tiene cuatro entradas: desde el oriente, por el Paso Tioga; al
occidente, por las entradas de Arch Rock y Big Oak Flat; y el acceso Sur, el
más rápido para llegar al núcleo paisajístico de la reserva. El primer día
escogimos este último, el más deseable si se quiere la mejor impresión desde el
inicio del viaje y la más cercana a Mariposa Grove, uno de los refugios de las
inmensas secuoyas que queríamos visitar.
Aquí hay más de 500 secuoyas maduras, los árboles más
grandes sobre la tierra. No lejos de este lugar en el Parque Nacional de las
Secuoyas se encuentra el que es considerado el ser vivo con mayor masa sobre el
planeta, el General Sherman, cuyo tronco tiene 31 metros de perímetro en su
base y mas de 80 metros de altura.
Aquí hay algunos senderos que sin dificultad llegan al
Gigante Grizzly, una de las atracciones más populares y considerado el árbol
más antiguo del parque. También al famoso
Wawona Tunnel Tree, ahora llamado Fallen Tunnel Tree, luego de haber
caído bajo una tormenta de nieve en 1969.
Valle de Yosemite, núcleo paisajístico
del parque
La carretera 41 o ruta Wawona pasa por la antigua aldea indígena
de Wawona, hoy convertido en sitio de alojamiento y abastecimiento. Luego de rodar
durante una hora, la carretera penetra en el valle de Yosemite, surcado por el río
Merced.
En sus dos kilómetros de ancho y 13 de largo, se aloja tan
solo el uno por ciento de la superficie de la reserva, pero agrupa buena parte
de sus prodigios: algunas de las cascadas mas altas del planeta: Sentinel,
Upper Yosemite y Ribbon Falls, y emblemáticas montañas como El Capitán y Half
Dome.
Toda el área de Yosemite tiene unos 1.200 kilómetros de caminos
y senderos. Uno de los más concurridos llega a las cascadas Bridaveil, en el
sur del valle, por un camino pavimentado que se hace en unos veinte minutos.
Sin embargo el más famoso es el que conduce a la cascada Yosemite, la más alta
de Norteamérica (739 m de caída) y séptima en el mundo, formada por dos saltos llamados
Lower y Upper.
Muy cerca, frente a
la cascada de Bridaveil, una cascada de trazo limpio y blanco sobre roca
oscura, se encuentra El Capitán. Este celebre
bloque de granito, de 910 metros de altura, es uno de los principales retos de
escalada en el mundo, considerado en algún momento como imposible. Decenas de
escaladores intentan alcanzar su cima cada año. Si se presta atención, se podrán
ver diminutos puntos de colores que dibujan líneas sobre sus caras suroccidental
y suroriental: en realidad son escaladores que pasan la noche en sus carpas
colgantes durante los tres o cuatro días que dura el ascenso.
Los mejores miradores
En el valle se han diseñado miradores desde donde contemplar
su esplendor. Nuestro favorito es Glacier Point a 2200 metros de altura, a
donde se llega luego de una exigente travesía por el sendero Four Mile, que
inicia cerca de la base de Sentinel Rock y que supera un desnivel de casi mil
metros en 7.5 kilómetros de recorrido.
Desde aquí conseguimos una inmejorable vista de las cascadas
de Yosemite, Nevada y Vernal, al fondo del valle, Half Dome (2694 m),
literalmente media cúpula, que ha sido tallada por los elementos durante millones
de años. Half Dome con su pétrea presencia es considerada la montaña mágica en
el parque, hoy para escaladores y antiguamente para los nativos.
Otro mirador de fácil acceso en carro es Tunnel View, que
ofrece una panorámica al valle desde el sur. Y la ruta Tioga Pass, que
atraviesa 95 kilómetros hacia el nororiente, es la vía escénica por excelencia
en la zona de tierras altas del parque, donde lagos, ríos y aún algunas
praderas nevadas se convierten en los protagonistas únicos, como el Lago Teneya,
los lagos Catedral, el lago Dog o el poco explorado lago Gaylor.
Una de los caminatas más simbólicas es el sendero John Muir,
un libro abierto a las eras geológicas, que conduce a las praderas de Tuolumne
desde Half Dome. John Muir fue naturalista y precursor del ecologismo moderno. Recorrer
este camino es un homenaje a este estudioso de la naturaleza a quien debemos la
creación de Yosemite como área protegida y que marcó el inicio de la historia
de los parques naturales en el mundo.